Obstáculos para emprender
La ilusión relacionada con la puesta en marcha de una idea, de un proyecto propio, hace años dejaba a un lado otros condicionantes, como podían ser las inversiones iniciales, los horarios interminables, la incertidumbre ante los acontecimientos, etc., porque, en cierto modo, a largo plazo, cualquier proyecto, si estaba bien estructurado, daba sus frutos.
La coyuntura económica actual, sin embargo, nos muestra que si una idea no está bien organizada y soporta-da económicamente peligra su subsistencia; pequeñas y medianas empresas están afectadas por este destino tan fugaz que hace temblar los cimientos más consistentes y arraigados. Es por ello que a la vez de invertir esfuerzos para estimular a los emprendedores se deberán dotar estas iniciativas empresariales de todos los recursos necesarios para facilitar su supervivencia.
El país está en manos de los emprendedores, de aquellas personas que pongan a disposición de la sociedad su talento e inviertan su dinero en crear empresas. Por eso tenemos que cambiar las actitudes y reducir la animadversión al trabajo por cuenta propia.
El obstáculo lo encontramos cuando el problema se sitúa entre la voluntad y la posibilidad. Una persona quiere hacer algo, quiere adentrarse hacia el mundo de la empresa cuando considera que existe una red debajo que le protegerá, le remontará y le servirá de impulso para salir adelante cuando se encuentre con los problemas propios del día a día. En caso de que esta red no exista no hablamos de voluntades sino de posibilidades. No es que no quiera, es que no puede.
Hay que remarcar que existen dificultades y éstas impactan de una forma más o menos intensa. Si esto lo traducimos a la creación de empresas, implica, en gran medida, nuevas normativas y restricciones financieras, ámbitos que muchas veces le son desconocidos a las personas que quieren iniciar un proyecto empresarial.
Una noticia del diario Cinco Días publicaba que tanto PYMES como autónomos constataban un freno a la concesión de financiación por el gran número de avales y requisitos solicitados a empresas con problemas de tesorería. Debemos buscar soluciones productivas y eso, de entrada, se centra en procurar respuestas a todas aquellas incógnitas que van surgiendo, ya sea como consecuencia de una restricción económica como por la aparición de nuevas normativas.
Debemos hacer una apuesta clara por nuestras empresas, promover un entorno favorable e impulsar la simplificación administrativa y la reducción de trámites, ya que el exceso de cargas burocráticas y los costes que se derivan de su nacimiento hacen que sea casi imposible su pervivencia a largo plazo.
Uno de los objetivos en los que deberíamos centrarnos es que estas nuevas empresas tengan éxito en el futuro. Así saldremos de la crisis. Así podremos crear empleo. Así seremos competitivos en el mercado europeo e internacional.
Se necesitan, pues, nuevos proyectos, nuevas ilusiones y un trasfondo que les permita sobrevivir a corto y a largo plazo. Debemos apoyar el nacimiento y la creación de nuevos proyectos empresariales. Debemos darles el soporte necesario hasta que tengan la suficiente autonomía para seguir caminando por si solos.
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